POESÍA Y PROSA DE FRANCISCO de QUEVEDO
La obra de Francisco de Quevedo, extensa y variada, parte de una actitud critica y desengañada ante el mundo.Esa actitud se aprecia tanto en su poesía moral y amorosa como en sus composiciones burlescas y satíricas. En Quevedo, la reflexion se sirve de un estilo ingenioso y sarcástico que aprovecha al máximo las posibilidades del lenguaje.
Luis de Gongora y Francisco de Quevedo |
Ellos siempre estaban enfertandose con o en sus obras.Esta es una de las obras de francico de Quevedo que es titulada "ah de la vida!".Y tambien poemas burlescos como el A un Hombre de la Gran Nariz.
"¡Ah de la vida!"... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.
¡Que sin poder saber cómo ni a dónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.
En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.
Érase un hombre a una nariz pegado,
Érase una nariz superlativa,
Érase una alquitara medio viva,
Érase un peje espada mal barbado;
Érase una nariz superlativa,
Érase una alquitara medio viva,
Érase un peje espada mal barbado;
Era un reloj de sol mal encarado.
Érase un elefante boca arriba,
Érase una nariz sayón y escriba,
Un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase un elefante boca arriba,
Érase una nariz sayón y escriba,
Un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera,
Érase una pirámide de Egito,
Los doce tribus de narices era;
Érase una pirámide de Egito,
Los doce tribus de narices era;
Érase un naricísimo infinito,
Frisón archinariz, caratulera,
Sabañón garrafal morado y frito.
Frisón archinariz, caratulera,
Sabañón garrafal morado y frito.